El dinero es un producto social -una institución en sentido mengeriano– que no ha sido creado por autoridades políticas sino por los intercambios entre desconocidos mediante lo que los griegos llamaban “catalaxia”, es decir, volver amigos a los extraños. Eso hace el comercio. Y el comercio ampliado requiere de un medio de intercambio como el dinero para evitar sistemas locales de deuda (don y dar incluído) o de trueque. El dinero tiene tres funciones en las sociedades humanas: ser medio de pago, ser unidad de cuenta (para poder hacer comparaciones entre otros bienes y entre distintos proyectos que requieren contabilidad rigurosa) y ser depósito de valor. Las dos últimas parecen no ser comprendidas ni apreciadas cabalmente por una parte importante de intelectuales y economistas del mundo. Como otras instituciones mengerianas -el lenguaje, la propiedad, la familia nuclear, la empresa, el derecho, etc- el dinero puede ser de alta calidad o de baja calidad, con consecuencias más o menos coordinadoras para el bienestar de las sociedades humanas.
1.- Medio de pago: debe ser un bien ampliamente aceptado. Algo que sea “fácil de deshacerse de”, en otras palabras que tenga como característica la liquidez. El dinero es el bien más líquido dentro de una escala de liquidez y en general de dinerabilidad de los bienes disponibles.
2.- Unidad de cuenta: permite el cálculo económico, es decir, la contabilidad de costos. Un dinero de calidad permite saber cuántos recursos tangibles e intangibles se gastan en producir un bien intermedio o un bien final. De ese modo, las sociedades humanas saben que están agregando valor en sus actividades, es decir, creando riqueza.
3.- Depósito de valor: el dinero sirve para mantener un balance de efectivo frente a emergencias, condiciones cambiantes o simplemente ahorrar. El ahorro es el fundamento de una economía sana en el corto y largo plazo pues permite hacer inversión y reinversión en métodos y conocimientos -es decir, capital- para crear riqueza.
Las dos últimas dependen de que el dinero sea dinero de calidad, poco o nada manipulable por autoridades políticas.
El dólar norteamericano no es la plata ni el oro, que emergieron espontáneamente como las mejores formas de dinero a través de siglos de prueba y error, superando al ganado, los granos, la sal y otros metales debido a algunas características particulares. De hecho, ha perdido ya 97% de su valor (un dólar de hoy compra lo que compraban $0,03 en 1912 antes de la creación de la Fed estadounidense. Sin embargo, es un dinero de relativa buena calidad comparado con otros dineros fiat.
¿Qué efectos ha tenido la dolarización ecuatoriana? ¿Qué predicciones negativas había sobre ella?
La dolarización ha detenido la operación del Efecto Cantillon en el Ecuador. Es decir, los políticos locales no pueden diluir el valor de los ahorros y salarios –poder adquisitivo que se pierde porque va a parar a manos de grupos bien conectados con el Estado. La inflación disminuyó de 95% en el año 1999 a una de 4,15% en 2014. Pero en su momento la idea de dolarizar (formalmente) la economía ecuatoriana recibió una oposición virulenta de parte de ciertos sectores empresariales, financieros e intelectuales. ¿Qué se decía en contra de la dolarización? ¿Tuvieron razón esas predicciones?
1.- Se decía que las exportaciones iban a contraerse
Falso. Entre 2001 y 2011 las exportaciones totales crecieron en un 377,17% con un componente de 62,59% de parte de las exportaciones petroleras y el restante por las no petroleras. Aunque las exportaciones industriales y las primarias sin petróleo se han multiplicado en más de tres veces, las exportaciones petroleras lo han hecho en 6,81 veces, demostrando el distorsionante peso que tiene el petróleo sobre el crecimiento de las exportaciones del Ecuador. Esto exacerba la falta de control del contribuyente sobre el erario público y la falta de libertad empresarial para diversificar las exportaciones así como generar fuentes de empleo real para los graduados universitarios. Los empresarios encuentran que entre la estabilidad y la capacidad de exportar usando devaluaciones, la primera es más importante. Una moneda fuerte permite el cálculo económico y fomenta largoplacismo familiar y empresarial. El largoplacismo implica menos consumismo y más inversionismo. En suma, más progreso.
2.- Se decía que las importaciones iban a aumentar y las industrias ecuatorianas iban a quebrar
Falso. El desempleo abierto bajó de 17% en el año 2000 a aproximadamente 7-8% (empleos reales) en 2014. Y donde hay empleo hay una de dos cosas: proyectos empresariales reales o puestos burocráticos que viven de los impuestos que pagan los participantes de esos proyectos. Entre el 2007 y el 2012, el crecimiento de la demanda de cemento fue del 7% anual. Y en el 2013, llegó a 10%. La mayor parte, aunque espoleada por tasas subsidiadas distorsionando el proceso, sigue siendo inversión privada. Por cada 10.000 habitantes hay 124 empresas, significativamente más que hace 14 años. Para mejorar eso y elevar la demanda de profesionales capacitados hay que reducir trabas, impuestos y reducir la corrupción. Además el comercio internacional no quiebra economías sino que relocaliza industrias enteras para mayor división del trabajo (especialización) entre países. La re especialización es una oportunidad de hallar nuevas eficiencias y según estudios crea más y no menos empleo que cerrarse al mundo.
3.- Se decía que la pobreza estaba aumentando por la dolarización
Falso. Durante de la dolarización -y de forma más rápida entre 2000 y 2007- la pobreza ha estado disminuyendo en el Ecuador. Luego de la crisis de 1999, el 52,18% de la población estaba sumida en la pobreza y el 20,10% en la indigencia. El año pasado, la pobreza urbana fue de 14,93% y la rural al 16,99%. Si la dolarización fuese negativa, la pobreza debería estar aumentando. O debía reducirse más rápidamente con el gobierno que ha intervenido más (2007-2014) para supuestamente ayudar a reducirla. En realidad la dolarización es un esquema que permite a la gente trabajar en paz y a un país lo hace su gente, no los políticos.
4.- Se decía que la inflación iba a ser igual a la de Estados Unidos
Parcialmente verdadero. Sin embargo los gobiernos ecuatorianos aún pueden inyectar papeles (o dinero electrónico) respaldados sólo parcialmente en el dólar, inyectar deuda en la economía. De ese modo hay inflación sin máquina. Se necesita limitar aún más la capacidad de los gobiernos de inflar el dinero y los fondos prestables. También se necesita integrar financieramente al país al mundo para terminar de perfeccionar las bondades de la dolarización como fuente de estabilidad económica de los ecuatorianos.
Conclusiones
Como podemos ver, la dolarización ha rebasado las expectativas más optimistas de sus proponentes hace 15 años. Se buscaba estabilidad pero se obtuvo adicionalmente mejor contabilidad general para lograr valor agregado y también más largoplacismo en los proyectos privados y públicos. Los ecuatorianos viven mejor que nunca antes, incluso si el crecimiento es muy pobre frente al de economías más libres en el mundo. Al detener en gran medida la operación del Efecto Cantillon la dolarización ha protegido a los ecuatorianos de la torpeza o malicia de las clases políticas y financieras. Y finalmente, algo muy importante: la dolarización no necesita ser “sostenida”, más bien ella sostiene -genera confianza- a los ecuatorianos. Y hoy, más que nunca, el futuro de la dolarización depende de que eso se comprenda a cabalidad.
Fuentes e información adicional:
- El origen del dinero, Carl Menger, http://www.eumed.net/cursecon/textos/Menger-origen-dinero.pdf
- “El desempeño económico en dolarización”, Diario El Telégrafo, 31 de diciembre de 2012, http://www.telegrafo.com.ec/economia/masqmenos/item/el-desempeno-economico-en-dolarizacion.html
- “La dolarización en Ecuador y su impacto”, Mario Barzallo Mendieta, Gestiopolis, http://www.gestiopolis.com/recursos/documentos/fulldocs/eco/dolarecuamario.htm
- “BBC Mundo: Diez años de dolarización en Ecuador” – http://www.bbc.co.uk/mundo/economia/2010/01/100108_0053_dolarizacion_ecuador_jaw.shtml
- “Dolarización: ¿un amor eterno?”, Pablo Lucio-Paredes, Grupo Santillana, 2004
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